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Venezuela no es rica

11 octubre, 2018

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Venezuela no es un país rico; el Estado es el dueño de la riqueza.

Entrevista a Eugenio Guerrero, periodista económico, experto en estrategia digital:

De padre chileno, comunista y madre venezolana, liberal, el joven Eugenio Guerrero tuvo que transitar desde muy joven entre los extremos del espectro político. Su propósito era encontrar aquellas ideas que sirvieran para mejorar la realidad, en lugar de las ideologías que- en su afán de construir paraísos terrenos- sólo traen sufrimiento a las personas. En esa búsqueda llegó al liberalismo, tras haber participado en partidos y movimientos políticos de diversas inspiraciones. Por sus ideas fue perseguido siendo un veinteañero y tras cuatro meses de clandestinidad logró emigrar hacia Chile, país natal de su padre, Osvaldo. Sobre él nos cuenta que murió antes de ver cómo su anhelo de un mundo regido por el imperio de la igualdad terminaba en el desastre humanitario de una Venezuela que lo acogió tras el quiebre institucional en nuestro país.

A pesar de ser un joven brillante, con un indudable talento en materias académicas, Eugenio trabaja hoy con sus primos vendiendo artículos importados de EE.UU. Y es que se propuso tener a toda su familia en Chile. Comenzó por sus hermanos, pero aún quedan su madre y su padrastro padeciendo el socialismo que azota las tierras venezolanas. Recién cuando estén todos a salvo retomará la ruta de su camino truncado por un ordenamiento sociopolítico que, a pesar de su fracaso absoluto, aún cobra adeptos en las mentes de los latinoamericanos. En esta entrevista analizamos algunas de las causas que nutren la fe de la ciudadanía en populismos como el de Chávez y Maduro.

  • Mencionaste la libertad de expresión, que en Chile está siendo atacada por grupos que no aceptan reflexiones fuera del discurso políticamente correcto. Desde tu experiencia en el periodismo: ¿cómo observas se realizaba este derecho en la Venezuela de Chávez?

El derecho a la libertad de expresión y su realización estaban siendo atropellados aún antes del chavismo. Nuestra historia es compleja; notoriamente politizada. La tentación totalitaria siempre ha estado presente en Venezuela. Hubo una época que se llamó el trienio Adeco (1945- 1948) que fue muy parecida a lo que se vivió en Chile con Salvador Allende. En términos más específicos, el partido totalitario toma el poder político y se funde en una sola esencia con el Estado. Comienzan entonces a perseguir a la disidencia. En el poder estuvo primero Rómulo Betancourt, de Acción Democrática (AD), dos años como presidente de la junta de gobierno de transición y, en el 47’ se hacen las elecciones. Gana Rómulo Gallegos (AD). Cuando le dan el golpe, lo hacen por las mismas razones que Pinochet lo hizo acá. Porque llega un momento que este partido fusionado con el Estado deteriora la vida del país a niveles insoportables.

Volviendo a tu pregunta la libertad de expresión siempre ha sido atacada. Cuando llega la democracia en 1958 con el Estado socialdemócrata se desarrolla una especie de populismo de conciliación. Los partidos más importantes, AD y Copei convergen en el Pacto Puntofijo. Es en la constitución de 1961 donde se establece y se consolida este pacto, cuyo objetivo es la dominación social. Fue en este contexto que se entrelazaron la figura del político como paradigma a seguir y los rasgos tiránicos de la herencia dictatorial, mezclándose con el marxismo primero y con el movimiento del revisionismo socialdemócrata después. Todo este coctel llega con una virulencia planificadora que genera resistencias en ciertas capas de la población. Ahí ya tenemos ataques claros a la libertad de expresión, mucho antes de Chavez. No sólo los liberales, sino muchos otros eran perseguidos y amenazados por los políticos, incluso Rafael Caldera. El chavismo nace en este clima de virulencia donde el lenguaje iracundo contra los disidentes era fuerte. Cuando llega Chávez con su revolución esta especie de actitud violenta contra las voces divergentes era un clima ya establecido; pero no la censura. Ésta comienza en mis primeros años de universidad, en 2007.

  • Y, en este clima de censura y violación al derecho a expresarse libremente, eliges estudiar periodismo…

Entro a estudiar esa carrear por un asunto más coyuntural. Y es que en esencia me gustan la filosofía y la economía política, pero más que todo disfruto de poder decir en libertad incluso lo que los otros no quieren escuchar. El tema ahora en Chile de la tiranía de lo políticamente correcto lo tenemos en Venezuela, pero ya con un gobierno totalitario.

  • En mi lectura de la historia general de Latinoamérica el problema que comparten sus democracias es que el poder judicial o funciona muy mal o sencillamente no cumple con la tarea que le corresponde. De ahí que la corrupción, el desorden y la inseguridad acampen y cada cierto tiempo se tornen intolerables. Es entonces cuando la ciudadanía se vuelca a favor de regímenes militares y dictaduras o candidatos que prometen acabar con el sistema, poniendo en riesgo los avances democráticos logrados. ¿Te parece que algo de este análisis pueda aplicarse al caso venezolano?

Tu hipótesis la puedes verificar incluso con datos. Por ejemplo, desde 1830 hasta 1958, cuando llega la democracia representativa, tienes que en 128 años de historia el poder político estuvo solo 10 años en manos de civiles y los demás en manos de caudillos militares. Entonces, cuando se instala el arquetipo del hombre de armas como la columna vertebral de la autoridad en la nación, cualquier intento por cambiarlo es muy difícil. Los 40 años de democracia fueron un milagro. Lo que pasa es que antes teníamos unos políticos que, si bien fueron socialdemócratas, eran extraordinarios. Rómulo Betancourt, por ejemplo, empezó siendo comunista consumado, incluso fundó el partido comunista de Costa Rica. Hablamos de un marxista fanático, muy bien formado intelectualmente.

Si uno lee los primeros escritos de Betancourt, analizaba la sociedad con las categorías marxistas; la dialéctica estaba presente en cada palabra y luego fue evolucionando. Terminó por decepcionarse del marxismo y en su obra Venezuela, política y petróleo rechaza lo que él llamaba: “la izquierda sovietizante”. Una de las personas que más guerra le hizo al comunismo fue él. Entonces claro, cuando tú tienes estos políticos que maduran y están dispuestos a consensuar, emerge un escenario propicio para la democracia. De hecho, el Pacto de Puntofijo fue su obra. Con él se sentaron las bases para la democracia que venía y para un mercado con cierta participación del Estado. Lo que se intentó, tras el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, que comenzó nacionalizando todo, fue implementar el proyecto neoliberal. Entendemos neoliberalismo como una tercera vía que emerge ante el fracaso del liberalismo clásico en la resolución de ciertos problemas que requerían una mayor presencia estatal.

Este proyecto fracasó porque ciertas cúpulas políticas, en complicidad con una parte de la sociedad civil, lo hicieron retroceder. Ciertamente, al principio el shock fue fuerte, pero luego crecíamos casi al 8%. Esto apenas duró del 89’ al 93’ cuando le hacen juicio a Carlos Andrés Pérez por un cheque falso. Ese juicio fue totalmente inconstitucional.

Ese es el escenario en que Chávez prepara su intento fallido de golpe de Estado el ‘92. Al año siguiente del intento de golpe, el chavismo se había esparcido por toda la población. En los sectores populares las madres vestían a los niños de Chavez en quien veían a un héroe. Así se retoma el arquetipo del hombre de armas, el militar que viene a poner orden.

En Venezuela el militar se refugia en esa especie de religión bolivariana donde encuentra un soporte cultural que le permite llegar al poder y consolidarse con muchísima facilidad. Pero, además, Chavez crea a un Bolívar de las clases populares… lo dibuja a su pinta. Es un Bolívar que nunca existió, porque el verdadero, era un clasista con prejuicios raciales.

  • ¿Qué ejemplo ves tú puede inspirar a la región para evitar los quiebres institucionales?

Creo en la mezcla de la visión liberal con el republicanismo… por ella se explica el éxito de los Padres Fundadores en EE.UU. Ellos supieron cómo limitar el poder. Eso no lo han querido adoptar los liberales. En lugar de aprender a vincularse al poder político y a aportar desde su visión, se vuelven anti-políticos, se tornan escépticos.

A lo planteado quisiera agregar que hay un elemento interesante a tener en consideración. Cual es que el Estado moderno en Venezuela no se consolida como lo Estados modernos en Europa. Normalmente hay una bi-direccionalidad en los Estados europeos. Me refiero a que el Estado vive de impuestos y es presionado por la base material. Por tanto, existe una tensión que hace que se limite el poder político por encima de la sociedad civil. Pero en Venezuela tienes tres aspectos muy particulares. El primero nos habla de un Estado patrimonialista. El segundo, de la uni-direccionalidad del Estado; o sea que el Estado se apropia de los recursos, tiene monopolio legítimo de la riqueza, no se debe a nada, no depende de la sociedad. Esto permite que, como el gobierno depende de sus propios recursos, pueda no interesarse en la sociedad civil. No le importan el mercado, ni la productividad. Al contrario, mientras más precaria sea la situación de la sociedad civil, más fácil es castigarla. Y, finalmente, el tercer aspecto a destacar consiste en que las élites de turno no necesitan de la institucionalidad para mantenerse en el poder. Les basta con un alto precio del petróleo.

  • Claro, pero en lo que respecta a Maduro sabemos que la caída de la producción del petróleo es brutal…

La deuda externa de Venezuela es de aproximadamente el 75% del PIB. Y se sigue endeudando. Pasamos de 3.5 millones diarios de barriles de petróleo en 1998 a 578.000. Los gobernantes penden de un hilo. Lo interesante en este marco es desmitificar esa creencia que la gente manifiesta cuando refiere a Venezuela y dice: “Cómo es que un país tan rico…” Y es que el rico es el Estado. De ahí que nos saliera tan caro el despilfarro de los años ‘60 y ‘80. Te mueres. Incluso las empresas mixtas tenían la capacidad autónoma de endeudarse con créditos adicionales sin necesidad de pasar por el congreso. Era lo que decía Moisés Naím, una ilusión de armonía. Chavez llega al poder porque en Venezuela se resquebrajaron los cuatro mitos que sostenían el ordenamiento sociopolítico. Primero, el país inmensamente rico tocó fondo el viernes negro de 1983. Segundo, se acabó la armonía social el 25 de febrero de 1989 con el Caracazo. Ese fue un desastre increíble; la conmoción de ese episodio dura hasta hoy. Tercer mito: que teníamos un poder judicial independiente. Cuando ocurrió el juicio de Carlos Andrés Pérez las elites políticas comprendieron que podían aliarse para ir en contra de quien les quitara el poder. Cuarto y último mito, que teníamos una república, una democracia consolidada.

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