Las conclusiones de Bono
“¿Un músico de rock defendiendo el capitalismo? a veces no puedo creer lo que digo.” Así interrumpió su discurso Bono, vocalista y líder de la banda irlandesa de rock U2, entre risas. “Pero el comercio es real. El comercio y el capitalismo sacan más gente de la pobreza que la ayuda” – continuó el filántropo irlandés, que ha donado millones de dólares en ayuda a África.
La ayuda humanitaria es loable, sin embargo, no ha logrado resolver los problemas de fondo y esto se debe a que “entrega peces, pero no enseña a pescar”. El saco roto del dinero ajeno, sea en forma de donaciones, sea en forma de expolio por parte del Estado (vía expropiaciones o impuestos) no resuelve los problemas de la gente y, además, es insostenible. Nadie puede donar lo suficiente para mantener a pobres eternamente, que cada vez serían más, bajo ese modelo. Es insustentable mantener a los pobres, mientras estos se multiplican sin haber siquiera aprendido un oficio para subsistir. ¿Qué pasa cuando los ricos se aburren de donar? ¿Cuando se hartan de trabajar gratis para el Estado? ¿Qué pasa cuando los ricos se acaban?
Bono debió crear empleo en África, invirtiendo. Así hubiera sido un aporte real al desarrollo africano y no un montón de “parches”, palabra con que él mismo se refirió a su propia ayuda humanitaria. Eso es desarrollo sustentable, no una política asistencialista.
Encima Bono compartió con tristeza las cifras de su ONG. De los 15 millones de dólares recaudados sólo 180.000 llegaron a los africanos. El resto se perdió en burocracia, sueldos, gastos, publicidad, etc. Esta ONG es un reflejo pálido de lo que sucede con el Estado, que gasta en burocracia gran parte del dinero recaudado, mientras al pueblo le tocan los malos servicios. Pero si Bono, sin darse cuenta, derrochó su dinero, es un asunto privado; el problema es cuando el Estado juega a ser estrella de rock con nuestro dinero.