Fausto Condenado
por Francisco Seve
No hay disfraz que pueda ocultar largo tiempo el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay.
Jean de la Rochefoucauld.
Estimados amigos:
Cuando uno habla de Fausto, no puede menos que asociar ese nombre a la obra del célebre Goethe, sin embargo el personaje no es de su invención. El original habría sido una suerte de “científico” alemán, de finales del siglo XV, que se vanagloriaba de ser un gran erudito y se transformó en una leyenda que fue literalizada a finales del siglo XVI, retratándose el personaje como el Doctor Johann Fausten, un teólogo y practicante de magia negra que hace un pacto con el diablo en virtud del cual éste le daría toda la información que el Doctor le requiriera acerca de cualquier materia, interrogante o curiosidad, a cambio de lo cual, al final de sus días su alma iría al infierno. Este primer texto comienza con un Prólogo al Lector Cristiano, de manera que tiene una cierta finalidad moralizadora. A diferencia de la leyenda, el Fausto de Goethe, no obstante su pacto con el diablo, se salva y asciende a los cielos.
Berlioz quedó muy impresionado con esta tragedia de Goethe y decidió usarla para una de sus composiciones, haciendo un libreto con una versión libre de la obra del genio alemán. Entre otras licencias, Berlioz se aleja de Goethe y vuelve a la leyenda original puesto que, a su muerte, Fausto se va al infierno.
La Condenación de Fausto es una composición para orquesta, voces solistas y gran coro que se ubica entre la ópera y una sinfonía coral, dividida en cuatro partes más un epílogo, de una duración total de casi tres horas … bastante densa. Con todo, tiene partes que son sublimes y una de ellas es la Marcha Húngara, la joyita musical que les presento hoy.
Esta página no existía en la versión original pero, según se cuenta, al enterarse un individuo que Berlioz pretendía presentar su obra en Hungría, le habría dicho que si quería ganarse a los húngaros, escribiera algo sobre sus melodías nacionales, al tiempo que le pasaba una antología de melodías populares húngaras. Berlioz orquestó una y la intercaló a poco del comienzo de la primera parte, llamándola Marcha Húngara. Desde entonces ha tomado vida propia y se la interpreta frecuentemente en forma independiente toda vez que se basta por sí sola.
Seguramente les llamará la atención el ritmo. Nosotros en Chile estamos acostumbrados a marchas con ritmo más lento, lo que se debe a la influencia alemana en nuestras Fuerzas Armadas. Loa alemanes usan lo que se llama el “paso de parada” o “paso regular prusiano” (vulgo paso de ganso), sin embargo éste no se usa ni en Hungría ni en Francia, de manera que sus marchas tienen un ritmo más genérico.
Otro elemento que es digno de destacar es que, no obstante ser una marcha, en la cual es de esperar un papel importante de los vientos, en especial de los bronces, en esta partitura el papel de las cuerdas es fundamental, lo que la hace más una marcha sinfónica que militar. Es una joyita musical muy bonita y entretenida que espero disfruten en un poco más de 03:30 minutos (lo demás son aplausos):
https://www.youtube.com/watch?v=O32PuoBWKC0